miércoles, 27 de enero de 2016

No te olvides de mí.



No te olvides de mí.
No te olvides de mí, porque yo no puedo hacerlo.
No te atrevas a mirarme con intención de despedirte, si sabes que vas a volver.
¿Por qué no dejas de jugar conmigo y te atreves de una vez por todas a quedarte?
Por muchas palabras que haya intentado decir para desahogarme, por muchas lágrimas que haya derramado pensando que así me iba vaciando del dolor, por mucho que en momentos haya llegado a pensar que te odiaba, no puedo mentirme más a mí misma. No puedo sacarte de mi cabeza.
Has dejado un vacío en mí y un nudo en mi garganta, ahora que te has ido de nuevo.
Eres mi primer aliento cada mañana, y mi último pensamiento cada noche.
Lo eres todo, y a la vez nada.
Sólo quiero pedirte una última cosa: recuérdame.
Recuérdalo todo. A ti. A mí. A nosotros. Todo lo que hemos vivido, todo lo que hemos sentido. Si significó algo para ti alguna vez, si es verdad que me querías, si todas las veces que parecía que te importaba no eran fingidas, por favor,
no me olvides.

jueves, 14 de enero de 2016

Carta a un pequeño corazón roto



Espero que algún día llegues a amarte a ti misma de la forma en que amas a los demás. Con la pasión que hace deslumbrar tus ojos y la locura que te salva de caer en la amarga rutina. Espero que no vivas para ser bonita, que trabajes duro y te llenes de gentileza y bondad. Porque eres puro amor pequeña, hecha con amor, luchando por amor. Pero primero, antes de amar a chicos que prometen sin pensar, debes bailar en bragas, querer tu cuerpo, reírte de tus bromas, saber lo que te gusta y lo que no, lo que quieres y lo que no estás dispuesta a aceptar. Debes aprender a ser responsable de tus actos, a nunca hacerte la víctima y entender que todos tenemos problemas, que no eres el único corazón roto en la habitación.
Espero que te quieras tanto que no te de miedo afrontar la soledad. Espero que te quieras tanto que no temas deshacerte de personas que te hacen daño. Pero de momento, ven, acurrúcate en mis brazos, porque no es cierto que nadie te puede amar sin tú amarte a ti misma.

martes, 5 de enero de 2016

Dos extraños


Me forcé a mí misma a encajar contigo, convirtiéndome en líquido para adaptarme a tus formas, rompiéndome en pedazos para caber en tu mente. Quería quererte y lo conseguí, quería quererte y me hice daño. Pero solo eres un engaño, una imagen, un sueño de trocitos de ilusión pegados con pegamento barato. Eres la estrella fugaz que creí haber visto. Eres esa moneda que tiré a una fuente y acabó oxidada. Lloro por los recuerdos que pudieron haber sido, por las palabras que pudiste haber dicho, por aquellos instantes de felicidad absoluta que logran camuflar todos los demás momentos incómodos y forzados a tu lado. No vas a extrañarme, lo sé y si algún día te encuentro esperando el tren, ni siquiera me vas a saludar. Seremos dos completos extraños compartiendo el recuerdo de los besos, las caricias, las persianas bajadas y las mentiras que les decía a mis padres para verte. Seremos dos extraños, como siempre debimos haber sido.