jueves, 3 de marzo de 2016
domingo, 7 de febrero de 2016
Alguien.
“I don’t want your body but I’m picturing your body with
somebody else.”
Salgo de noche, para intentar olvidar.
Para intentar evadirme de todo.
Para perder mi tiempo con desconocidos e imaginar que no lo son. Aunque sólo sea durante unos efímeros instantes.
Río por todo, salto, canto y bailo. Como si nada me importara.
Todos quieren de mí, todos quieren estar conmigo, todos quieren ser príncipes en el cuento que escribiré esta noche.
Termino fijándome en uno de ellos. Un chico alto, de sonrisa cautivadora que sujeta un cigarro entre los dedos índice y corazón. Entre bromas y risas, consigue robarme un beso. Sin saber cómo, al final la que le roba los besos soy yo. "Ojalá te importara tanto como finges", pienso, mirando sus ojos oscuros. Ojalá no tuviera que recurrir a besos de una noche, a frases tontas, previamente practicadas y ya dichas tantas veces a otras chicas que ahora me está dedicando a mí.
Me susurra y me acaricia, casi parece real. Me sorprende lo bien que saben fingir todos. Me sorprende que sea tan jodidamente fácil fingir que te importa alguien.
Se despide, con un último beso. Camino hacia delante, al lado opuesto que él, pensando "no mires, atrás, no mires atrás". Por supuesto, miro. Y él, sigue caminando hacia delante. Sólo veo una figura oscura, alejándose. Y yo sigo, sin volver a mirar atrás.
Ojalá aparezca alguien en mi vida. Alguien que me quiera de verdad. Alguien que me demuestre con hechos y no palabras agridulces. Alguien que sólo me bese a mí. Alguien que mire hacia atrás con la esperanza de que yo también esté mirando.
Alguien que me haga olvidar.
Que me haga evadirme de todo.
Que haga que me enamore de él, y que no tenga que imaginar que me quiere, que no deje lugar para la duda en mí.
Alguien con quien reír por todo, saltar, cantar y bailar.
Alguien que quiera quedarse conmigo, y no irse nunca.
miércoles, 27 de enero de 2016
No te olvides de mí.
No
te olvides de mí.
No
te olvides de mí, porque yo no puedo hacerlo.
No
te atrevas a mirarme con intención de despedirte, si sabes que vas a volver.
¿Por
qué no dejas de jugar conmigo y te atreves de una vez por todas a quedarte?
Por
muchas palabras que haya intentado decir para desahogarme, por muchas lágrimas
que haya derramado pensando que así me iba vaciando del dolor, por mucho que en
momentos haya llegado a pensar que te odiaba, no puedo mentirme más a mí misma.
No puedo sacarte de mi cabeza.
Has
dejado un vacío en mí y un nudo en mi garganta, ahora que te has ido de nuevo.
Eres
mi primer aliento cada mañana, y mi último pensamiento cada noche.
Lo
eres todo, y a la vez nada.
Sólo
quiero pedirte una última cosa: recuérdame.
Recuérdalo
todo. A ti. A mí. A nosotros. Todo lo que hemos vivido, todo lo que hemos
sentido. Si significó algo para ti alguna vez, si es verdad que me querías, si
todas las veces que parecía que te importaba no eran fingidas, por favor,
no
me olvides.
jueves, 14 de enero de 2016
Carta a un pequeño corazón roto
Espero que algún día llegues a amarte a ti misma de la forma en que amas a los demás. Con la pasión que hace deslumbrar tus ojos y la locura que te salva de caer en la amarga rutina. Espero que no vivas para ser bonita, que trabajes duro y te llenes de gentileza y bondad. Porque eres puro amor pequeña, hecha con amor, luchando por amor. Pero primero, antes de amar a chicos que prometen sin pensar, debes bailar en bragas, querer tu cuerpo, reírte de tus bromas, saber lo que te gusta y lo que no, lo que quieres y lo que no estás dispuesta a aceptar. Debes aprender a ser responsable de tus actos, a nunca hacerte la víctima y entender que todos tenemos problemas, que no eres el único corazón roto en la habitación.
Espero que te quieras tanto que no te de miedo afrontar la soledad. Espero que te quieras tanto que no temas deshacerte de personas que te hacen daño. Pero de momento, ven, acurrúcate en mis brazos, porque no es cierto que nadie te puede amar sin tú amarte a ti misma.
martes, 5 de enero de 2016
Dos extraños
Me forcé a mí misma a encajar contigo, convirtiéndome en líquido para adaptarme a tus formas, rompiéndome en pedazos para caber en tu mente. Quería quererte y lo conseguí, quería quererte y me hice daño. Pero solo eres un engaño, una imagen, un sueño de trocitos de ilusión pegados con pegamento barato. Eres la estrella fugaz que creí haber visto. Eres esa moneda que tiré a una fuente y acabó oxidada. Lloro por los recuerdos que pudieron haber sido, por las palabras que pudiste haber dicho, por aquellos instantes de felicidad absoluta que logran camuflar todos los demás momentos incómodos y forzados a tu lado. No vas a extrañarme, lo sé y si algún día te encuentro esperando el tren, ni siquiera me vas a saludar. Seremos dos completos extraños compartiendo el recuerdo de los besos, las caricias, las persianas bajadas y las mentiras que les decía a mis padres para verte. Seremos dos extraños, como siempre debimos haber sido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)